Crème Brûlée de Vainilla

Ahora que volví con todo, cada día tengo nuevas ideas y me vuelve la inspiración. ¡Quiero cocinar todo el día! Acá estoy escribiendo estas líneas o intentando hacerlo mientras León juega. ¡Tarea casi imposible diría! Si me distraigo un segundo lo encuentro trepando su cuna, intentando meterse, o escalando el sillón que está en su cuarto. Se dan una idea ¿no? Mejor retomo la escritura esta noche cuando ya este durmiendo.

Una de las cosas que seguido en casa es la creme brulée. La principal razón es que es el postre preferido de mi marido, y siendo tan fácil de hacer no me quedan excusas. Es un postre que me salva las papas muy seguido.

Si viene gente a comer y no tuve todo el tiempo que hubiera necesitado para un postre mas elaborado termino casi siempre haciendo crème brûlée. A la gente le encanta, quedas bomba, parece super difícil, así que quedas mejor aun y la verdad es que se hace muy rápido. Así que es ideal. Realmente.

Si quiero hacer algo muy rico para mi marido que se lo va a hacer sonreír, y lo va a hacer muy feliz, hago crème brûlée. Les dije que me salva siempre, ¿no? Además, es ideal porque es un postre que haces con anticipación y luego solo hay que sacarlo de la heladera y caramelizar el azúcar con el mechero antes de servir. Las podes conservar 2 o 3 días sin problema e irlas comiendo de a poco 😉.

La clave diría es utilizar vaina de vainilla de buena calidad. En realidad, esta es una regla para la cocina y la pastelería en general. La calidad de los ingredientes tiene una gran incidencia en el producto final. Trato siempre de comparar productos frescos, un buen chocolate y así con todas las cosas que uso para cocinar.